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Habiendo a su rival vencido un gallo,
quedó entre sus gallinas victorioso,
más grave, más pomposo
que el mismo gran Sultán en su serrallo.
Desde un alto pregona vocinglero
su gran hazaña: el gavilán lo advierte;
le pilla, le arrebata, y por su muerte,
quedó el rival señor del gallinero.
Consuele al abatido tal mudanza,
sirva también de ejemplo a los mortales
que se juzgan exentos de los males
cuando se ven en próspera bonanza.
( Autor: Samaniego).
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