Corría en busca de su hermano alegre por el patio del colegio, un niño con cara de simpático al que el azar dejó sin una mano. Corría y corría sonriendo, su hermano le esquivaba sutilmente, el cansancio iba apareciendo en su dulce carita de inocente. Su hermano preocupado por el niño se para y se enfrenta sonriente, le mira y le besa con cariño le pasa su pañuelo por la frente. Los dos cogidos de la mano, sudados, cansados y hambrientos se van camino de su casa saltando, alegres y contentos. (Autor: Charls Rou.)
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