Catalina la lombriz dormía bajo un ladrillo cuando que llegó hasta la casa un visitante muy pillo. La persiguió con la pala… ¡Pues la quería cazar! Sucedía que era un chico que quería ir a pescar. Catalina pidió ayuda a Don Perico, el lorito que habló con el pescador tres minutos y un ratito. Sugirió como carnada tomar pedazos de pan y la pobre Catalina pudo irse a descansar. (Autora: María Alicia Esain. Escritora, titiritera, narradora, promotora de la lectura).
|