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Iniciativas complementarias. En esta tarea de educación podemos contar, no obstante, con ayudas en la misma Red. Ya existen, y esperemos que su número y su calidad crezcan, sitios en Internet especialmente orientados a los menores y a los padres. Tal vez su orientación no sea plenamente de nuestro agrado. Deberemos trabajar para que el pluralismo de valores existente en la sociedad tenga su reflejo en este ámbito de la educación en Internet. De todas formas, podemos encontrar recursos y actividades educativas, formativas y de ocio satisfactorias. Las escuelas y las asociaciones dedicadas a la familia y a los diversos aspectos de la educación formal e informal de los niños, así como otras entidades (bibliotecas, museos, clubes deportivos, colonias, tiempo libre, etc.) deberían trabajar conjuntamente en el desarrollo de proyectos orientados a los niños y niñas. Existe un campo inmenso abierto a la innovación y a la iniciativa en el mundo de las redes y del ciberespacio. En el Estado español, en particular, está prácticamente todo por hacer en las escuelas. No basta con instalar ordenadores y llevar a los chavales algunas horas al aula de informática. Se necesitan ideas, planes, proyectos conjuntos entre escuelas y otras entidades. No solo se trata de esperar encontrar recursos en la Red; también hay que crearlos. Por último, quiero mencionar la existencia de lo que se ha llamado hotlines o "líneas directas''. Las dos experiencias más conocidas son la NLIP de Holanda y la Internet Watch Foundation del Reino Unido. Las hotlines son organismos que pueden ser fácilmente contactados por cualquier persona --generalmente a través del teléfono-- y que reciben informaciones o quejas sobre contenidos supuestamente ilícitos. Esto significa, pues, que no tratan con contenidos que, siendo legales, son considerados inadecuados para los menores; tan solo tratan con contenidos ilícitos, como pueden ser la pornografía infantil, la venta de medicamentos allí donde está prohibida a través de Internet, etc. La "línea directa'' holandesa, creada por iniciativa de varios proveedores de acceso a Internet, funciona de la siguiente forma. Una vez que ha sido informada de la existencia de un material supuestamente ilícito, la hotline se pone en contacto con las personas responsables de dicho contenido instándoles a que lo retiren de la Red. Si no lo hacen, la hotline pone esta información a disposición de la policía. La "línea directa'' holandesa viene funcionando desde 1996 y su participación ha sido decisiva en la reducción de la pornografía infantil que se distribuye desde Holanda. La Internet Watch Foundation ha optado por un enfoque ligeramente distinto. En la misma no solo participan PSIs, sino también proveedores de contenidos, organismos reguladores y representantes del gobierno. A diferencia, también, de la hotline holandesa, mantiene estrechos vínculos con la policía. Por otra parte, además de luchar contra los contenidos ilícitos, ha tomado una actitud muy activa en la promoción de tecnologías de filtrado y en la coordinación internacional de esfuerzos dirigidos al establecimiento de un sistema global de clasificación y filtrado.
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